El mas del silenci

El turismo rural está en pleno apogeo. Y prueba de ello es la cantidad de ofertas que hay en el mercado actual. Puedes ir prácticamente a donde quieras y encontrarás alguna opción de casa rural. La gente busca la tranquilidad, desconectar del estrés diario y relajarse. Los hay, en cambio, que las utilizan para cualquier motivo de fiesta, como despedidas de soltero/a, cumpleaños, aniversarios e incluso bodas. Bueno, para cualquier cosa, vamos.

Por ello cada vez son más los propietarios que optan por poner sus pequeñas o grandes masías al alcance de aquellos que quieran disfrutar de ellas. Y una de estas casas rurales es El mas del silenci. Y digamos que no es una casa rural típica.

Perdida en la comarca d’Osona, en medio de un parque forestal, encontramos lo que antíguamente era una parróquia, edificada en el año 1099, y que actualmente se mantiene como una casa rural. Es la primera, y hasta la fecha, la única casa rural que he visitado. Y la verdad es que fue una experiencia muy gratificante. Sobretodo si estás dispuesto a ‘perderte’ en medio del monte (porque es imposible no perderte antes de llegar).

Rodeada por fantásticos paisajes (foto de la izquierda) puedes relajarte totalmente. Desconectar de los malditos problemas cotidianos y descansar escuchando el ruido del agua del río, el canto de los pájaros y el aire que balancea las copas de los árboles. Una auténtica gozada para personas tranquilas.

La verdad es que volví muy satisfecho con el fin de semana pasado allí (gracias al regalo de navidades de los cuñaos). Aunque la casa sea muy pero que muy antigua, es acogedora y entrañable. Además, el trato personal de los dueños es muy agradable, y si eres de los que buscas amistades donde sea, es muy buen sitio, ya que compartes mesa con los demás visitantes.

Por otro lado, creo sinceramente que los propietarios de las casas rurales (en general) se aprovechan del cliente. Primero porque con la excusa de que te están alquilando «una casa» las tarifas suelen ser desproporcionadas comparando con los servicios que te ofrecen. Y luego porque al final te acaban colando algún que otro golito que no contabas.

Pero bueno, lo que sí me gustaría comentar por encima de todo es la tremenda decepción que me llevé al ver el estado de los animales de la casa. Hay un par de perros (creo recordar), unos cuantos gatos (serán 7 u 8, ni los pude contar) y unas cabritas. Los pobres animales se morían de hambre. Como nosotros siempre vamos equipados con comida de gato, les pusimos de comer un par de latas que llevábamos en el maletero. Y la verdad es que se mataban entre ellos por un bocado. Las cabritas parecían más contentas y sanas, como podeis ver en la foto, pero los gatos y perros se peleaban por un pedacito de comida. Una lástima, vamos.

Solo pido que la gente que se responsabilice de tener animales, los cuide como se merecen. De la mejor manera posible.